Ir al contenido
950 27 51 00 / 646 07 30 94 meri.lopez@asensioas.es

La reforma laboral no corrige el impacto de la volatilidad en las cifras del desempleo.
La precariedad de los empleos alimenta el paro de muy larga duración.

La precariedad sigue siendo el motor de la destrucción del empleo en España, según reflejan los datos de la última EPA. Más de la mitad de los 2,53 millones de parados con experiencia laboral, un 53%, perdieron su último empleo por el fin de un contrato temporal y el 13,5% lo hicieron por despido. Son porcentajes inferiores a los de la pandemia y a 2018 y 2019, pero siguen muy por encima de los años anteriores, lo que ilustra hasta qué punto la inestabilidad de los puestos de trabajo lastra la capacidad de la economía para reducir nuestra tasa de paro.

Si hacemos el cálculo sobre el total de 2,79 millones de parados, los porcentajes se reducen al 48% y el 11,6% respectivamente. Eso sí, la estadística incluye en su análisis un grupo de parados que abandonaron su empleo hace más más de tres años en paro. Suponen un 20% de los que tiene experiencia laboral y un 18% del total, para los que no se clarifica el motivo, con lo que pueden encerrar víctimas de despidos de trabajadores seniors (con mayores dificultades para volver al mercado laboral) o incluso ‘prejubilados’, ya que el 71,9% de ellos supera los 45 años y el 41,5% los 55 años.

Si descontamos a estos desempleados cuya salida del empleo no se detalla, el porcentaje de prados que dejaron su empleo por el fin de un contrato sube al 66% y el de los despedidos al 17%, porcentajes muy similares a los que había en el primer trimestre de 2022, cuando la reforma laboral ya había sido aprobada pero no habían entrado en vigor los cambios relativos a la contratación temporal, especialmente en lo referente a la desaparición de los contratos por obra y servicio.

Leer más…

Fuente: El Economista.