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Podría dejar un agujero en el presupuesto público, lo que requeriría encontrar fuentes alternativas de ingresos o reducir el gasto en otros ámbitos.

Los autónomos que facturen menos de 85.000 euros al año dejarían de pagar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), una vez la Agencia Tributaria trabaje en la activación de la la Directiva (UE) 2020/285, aprobada el 18 de febrero de 2020. De hacerlo, la medida entraría en vigor entre los años 2025 y 2027.

Esto surge gracias a un pedido general de la Unión Europea que obliga a los países miembros a poner en marcha esta medida de cara al 1 de enero de 2025, pues posibles retrasos podrían derivar en sanciones por parte de Bruselas.

“Aunque la posibilidad de que se elimine el IVA para los autónomos es un tema de discusión, existen varias razones para considerar su viabilidad”, informa Yannick Charton, socio fundador de Valio Consulting. “En primer lugar, porque podría estimular el emprendimiento y la creación de nuevos negocios. Reducir los costes iniciales podría incentivar a más personas a aventurarse en el mundo empresarial, lo que a su vez impulsa la economía y genera empleo”, añade.

Sin embargo, esta idea también plantea desafíos importantes. Charton señala que «la recaudación fiscal es crucial para el funcionamiento del Estado y el financiamiento de servicios públicos esenciales como la salud y la educación. La eliminación del IVA para los autónomos podría dejar un agujero en el presupuesto público, lo que requeriría encontrar fuentes alternativas de ingresos o reducir el gasto en otros ámbitos».

Otro aspecto a considerar es la posible distorsión en la competencia entre autónomos y empresas. Para los expertos, si los autónomos quedaran exentos del IVA, las empresas podrían verse en desventaja competitiva, lo que podría tener un impacto negativo en la igualdad de condiciones en el mercado.

En relación a la legislación propuesta, Charton explica que «de aprobarse la ley en nuestro país, los autónomos tendrán dos opciones: o bien continuar con el régimen general del IVA como hasta ahora o bien sumarse al régimen especial de franquicia del IVA, en cuyo caso no tendrían que incluir el impuesto en las facturas ni declararlo”.

También se debate la obligatoriedad de que los autónomos lleven su propio libro contable digital que actualmente se encuentre en desuso. “Queda claro que aquellos profesionales que tengan muchos gastos, no les convendrá el sistema de franquicia, aunque en actividades freelance y artísticas, con pocos costes, la franquicia supondría la mejor opción”, finaliza el experto en asesoría fiscal.

Fuente: IIILA LEY. Consejo General de Economistas. REAF Asesores Fiscales.

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